La cirugía robótica en Quironsalud cuenta ahora con un gran aliado, el robot Da Vinci, una herramienta diseñada para llevar a cabo intervenciones quirúrgicas mínimamente invasivas, que mejora la precisión de los tratamientos y facilitan la recuperación de los pacientes.
Diseñado para llevar a cabo procedimientos que resultan complejos para la cirugía tradicional, con este sistema es posible realizar operaciones oncológicas, de próstata, ginecológicas, torácicas, e incluso cirugías metabólicas de la obesidad.
Ventajas para el paciente de la cirugía robótica
Las operaciones realizadas con Da Vinci ofrecen múltiples beneficios para el paciente. El primero de ellos es que se reduce de forma notable el número y dimensiones de las incisiones, lo que reduce el riesgo de pérdida de sangre, minimiza las molestias y el dolor durante el postoperatorio y agiliza la recuperación.
También se aprecia una menor necesidad de reintervención en los pacientes sometidos a cirugía robótica, porque la extirpación del tejido u órgano dañado es mucho más precisa que en una operación abierta.
Beneficios clínicos
A nivel clínico, la cirugía robótica permite que los movimientos sean totalmente precisos, sin presencia del temblor que es natural en la mano humana.
Además, los brazos del robot pueden realizar giros y acceder a zonas estrechas a las que sería difícil llegar de la forma tradicional.
Esto permite operar con mucha precisión zonas anatómicas tradicionalmente consideradas complicadas. De ahí que se aplique este sistema en operaciones ginecológicas como la histerectomía y también en la extirpación de la próstata.
¿Cómo se desarrolla una intervención con Da Vinci?
Las operaciones realizadas con este robot suelen durar más o menos lo mismo que las practicadas al estilo tradicional. Aunque no se ahorra tiempo, se gana en seguridad y precisión.
Primero se practican unas pequeñas incisiones en el cuerpo del paciente, que normalmente suelen tener de 0,5 a 1 centímetro de longitud. Después, el cirujano se posiciona a los mandos del robot, manejando sus brazos a través de una consola de última generación.
Da Vinci cuenta con una torre de visión que incorpora cámaras de alta definición, por lo que el especialista puede ver el cuerpo del paciente con total claridad.
A medida que el cirujano activa los brazos robóticos que sostienen y manipulan los instrumentos quirúrgicos, se accede a la zona a tratar y se realiza la intervención, que en la mayoría de los casos suele consistir en la extirpación de tejido tumoral o de algún órgano.
Tras la intervención, el paciente pasa por reanimación y luego vuelve a su habitación. Como la operación con robot es mínimamente invasiva, los dolores y molestias que se experimentan durante el postoperatorio son menos intensos que en una cirugía tradicional.
Esto reduce el riesgo de complicaciones y también el tiempo de hospitalización.
La cirugía robótica permite intervenciones precisas y seguras, a la vez que disminuye el nivel de molestias que sufre el paciente y agiliza su recuperación.
Sin embargo, requiere de profesionales altamente experimentados y cualificados para garantizar la máxima precisión en todas y cada una de las intervenciones realizadas.